martes, 17 de marzo de 2009

EL AGUA DE LA DISCORDIA

Domingo Delgado. Vegamediapress
El sureste español, por su deficitario estado de sus recursos hídricos, ha tenido que depender de las aportaciones que desde la cuenca del Tajo se les ha enviado en las décadas de existencia de esta magna obra pública. El agua del trasvase ha traído al sureste (Murcia, Almería y Alicante) la prosperidad en el sector agropecuario de la zona, especialmente en productos hortofrutícolas, incorporando a la producción ingente cantidad de terrenos de labor que antes eran de secano, generando empleo y desarrollo en una zona crónicamente subdesarrollada, hasta la llegada del líquido elemento.
Los trasvases, fruto de la solidaridad de las tierras de España, levantaron la economía de esta región, sin por ello menoscabar el desarrollo castellano-manchego. Pero desde la Mancha, con una visión sesgada, se pretende acabar con este aporte vital para el sureste.
Las tierras manchegas tienen otras virtualidades productivas diferentes a las huertas levantinas, su climatología da lugar a otro tipo de producción agraria no coincidente con las que se produce en una climatología mediterránea más benigna del levante, de manera que los trasvases no frenan su desarrollo económico, mientras que la falta de agua en Murcia, ciega el gran recurso económico de subsistencia regional, especialmente tas la caída de sectores como la construcción o el notable descenso del mercado turístico con la crisis económica.
De ahí que sea vital para estas tierras mantener el trasvase, además de ser justo. Pues no se concibe que una Comunidad Autónoma de forma unilateral decida el uso de un recurso hídrico nacional.
Otra cuestión sería la de apelar al sentido común de los munícipes levantinos, y del resto de la población, en el sentido de dar un buen uso a los recursos hídricos y plantear un crecimiento económico sostenible, en el que no parecen tener hueco las megaurbanizaciones y los campos de golf, que son injertos antinaturales en nuestro entorno, y para los que realmente no hay capacidad de suministro de agua.
Ese tipo de construcción artificiosa sólo ha servido para la especulación urbanística, del rápido enriquecimiento de unos pocos, y de generación de ingentes problemas de infraestructuras para las poblaciones de la zona, que se han visto desbordadas en sus previsiones. Y en definitiva, han contribuido a transmitir una imagen ociosa y especuladora de levante, además de presentar una incoherencia en el uso de los limitados recursos naturales.
Por tanto, si el sureste quiere estar a la altura de las exigencias de los tiempos presentes, y demandar en justicia un bien natural al que tiene derecho, habrá de tener especial cuidado en el uso y destino de tal recurso. Especialmente en estos momentos de crisis económica, donde la apuesta por un sector agropecuario competitivo y fuerte resulta decisivo para superar la crisis económica por la caída de otros sectores productivos en la zona. Compromiso que ha de ser asumido de forma clara por las fuerzas políticas mayoritarias, y no sólo en Murcia.

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